Las marañuelas, un postre centenario típico de Luanco y Candás que forma parte de la marca de garantía del Principado, se elaboran una a una de manera artesanal
Son las 10 de un día cualquiera y por la calle Gijón de Luanco se percibe un aroma que evoca a tradición. En ese lugar se ubica, desde hace casi tres décadas, El Horno de Luanco, un negocio familiar que defiende unos valores que se basan en la calidad tanto del producto como en la forma de elaboración. Sobre una mesa centenaria – “si ella hablara…”, dice Beatriz Ruiz, mientras elabora una marañuela – un equipo de cinco personas se esfuerza para sacar adelante toda la remesa de producto de la jornada, unas elaboraciones que son las culpables del olor que inunda la calle de la villa marinera. Cada día salen del “buque insignia” (así llaman al horno de leña) 150 docenas de marañuelas, un postre que forma parte de la marca de garantía de calidad Alimentos del Paraíso.
Beatriz, Teresa Gutiérrez, David Leal, Maika Álvarez y Ñajo Gutiérrez trabajan cada jornada en sintonía con Marcela Gutiérrez, el alma del negocio. Cada uno sabe perfectamente lo que tiene que hacer, conoce su cometido. David se encarga de la masa, que el resto del equipo después manipula de forma artesanal para “dibujar” las marañuelas y demás elaboraciones. El paso final es cuando Ñajo, pala en mano, introduce las bandejas en el horno de leña.
Mientras van saliendo las marañuelas, Beatriz comenta con orgullo lo que significa este producto para ellos y la historia que evoca el negocio. “Esto lo fundó Marcela. A ella se le debe el sacar la marañuela de la estacionalidad que tenía hace años”, dice. Antiguamente, este dulce solo se elaboraba en Semana Santa, época en la que las familias agasajaban con marañuelas a sus ahijados. Tradicionalmente, la masa se preparaba en casa y después se cedía a las familias el horno de las panaderías para su cocción. “La marañuela se elabora de manera tradicional, dándole forma con las manos y es muy importante, básico, cocerlas en horno de leña y la materia prima, que en nuestro caso es de máxima calidad”, explica Beatriz.
Marcela Gutiérrez decidió un día elaborar marañuelas a diario, algo que hoy en día se mantiene y que forma parte de la identidad de El Horno de Luanco. “Quería que se pudiera disfrutar de este dulce todos los días. Y así empezamos, aquí las elaboramos todos los días”, explica Beatriz.
Los “dibujos” de las marañuelas también tienen un porqué. Está relacionado con la mar, con los marineros y las costeras. Antiguamente, y es probable que ahora también, las mujeres de los pescadores cocían marañuelas para que se las llevaran a la costera. Se trata de un producto que dura mucho tiempo, además de ser muy nutritivo. Las formas, redondas y en trenza, imitan a los nudos marineros.
Los escritos más antiguos que se conservan sobre la elaboración de marañuelas son del siglo XVIII. “Aquí todas las familias hacían marañuelas en casa”, recuerda Beatriz, mientras da forma a una de las marañuelas. “Se trata de una elaboración muy arraigada en la cultura de Luanco”, añade.
La preparación de marañuelas dio lugar a otros productos complementarios como el bollo, las luanquinas y los boroñinos, elaboraciones hechas con la misma base, pero distintas formas y con algún producto añadido. Y es que la tradición no está reñida con la innovación, aunque todo pase por “el buque insignia”, el que le da el toque secreto para que impregne de olor toda la calle luanquina.
La receta
Las marañuelas, un dulce famoso en toda Asturias, está vinculado tradicionalmente a los municipios de Carreño y Gozón, en donde mantienen unas características y una elaboración propia y singular. A pesar de su similitud, no son iguales. Se diferencian por el uso del huevo en la masa. Mientras que la marañuela de Candás lo usa entero -al menos tres huevos por kilo de harina-, la de Luanco utiliza mayoritariamente yemas -al menos once yemas por kilo de harina y un huevo completo-. El resto de ingredientes son harina de trigo, azúcar blanco, mantequilla de vaca y, por último, ralladura de limón. Los únicos ingredientes adicionales permitidos según la marca de garantía Alimentos del Paraíso son anís, canela molida, sal y poco más.
Las marañuelas pertenecen a la marca del Principado Alimentos del Paraíso desde 2017, un hecho que le ha dado más visibilidad si cabe a este producto. “Ya hemos ido a festivales por España y allá donde vamos el producto gusta”, indica Beatriz, que añade que “ahora tenemos algo más de promoción y eso ayuda”. Lo asegura con la perspectiva que aporta toda una vida elaborando el producto. Y lo dice mirando a Teresa, la que es ya la tercera generación de un negocio que mira al futuro con optimismo renovado.