La certificación de la Miel de Asturias con IGP avanza con parte del sector en contra
Si todo sigue por los cauces normales, la miel de Asturias obtendrá este año su Indicación Geográfica Protegida (IGP). Esta certificación era un anhelo para los productores de la región, que siempre han defendido el carácter diferencial y la calidad de la miel asturiana. Este sello identificativo otorgará a la miel de Asturias «un plus de calidad y visibilidad muy importante», asegura Julio Fernández, vicepresidente de Promiel Asturias.
Pero no todos los apicultores se han mostrado de acuerdo con el pliego para la creación de la IGP Miel de Asturias. La Asociación de Apicultores de Asturias (AAA) ha criticado el proceso para la creación de esta certificación al considerar que «se ha diseñado por un grupo minoritario del sector». La Unión de Campesinos Asturianos (UCA) y la Asociación Gijonesa de Apicultores (AGA) también han mostrado su malestar y su «total desacuerdo» con la forma de actuación de la Consejería de Desarrollo Rural, Agroganadería y Pesca del Principado de Asturias en relación a los trámites de creación de la Indicación Geográfica Protegida Miel de Asturias.
Estas tres asociaciones, que afirman representar a 800 apicultores, aseguran que «no nos han consultado ni escuchado». Además, según «datos oficiales» se registra un descenso imparable en la producción y creen que «es momento de luchar contra los verdaderos enemigos de la apicultura: Varroa, Vespa velutina y cambio climático».
Las tres asociaciones no se cierran a contar con la certificación de Indicación Geográfica Protegida, pero sí muestran su desacuerdo con la planteada. Creen que, de prosperar, provocaría el cierre de cientos de explotaciones, acabando con gran parte de las señas de identidad y calidad de la miel asturiana, «justo lo contrario de lo que debería buscar una indicación protegida».
En cambio, el vicepresidente de Promiel considera que «hay bastante unión», ya que la asociación que representa agrupa a más del 70 % de la producción asturiana. Cree, además, que al final la mayor parte de los productores se acabarán sumando a la IGP. Promiel cuenta con 70 socios y aglutina alrededor de 24.000 colmenas. En Asturias hay unas 40.000 entre la llamada apicultura profesional y la aficionada.
Trámites
Con la publicación del pliego de condiciones en el BOPA y el BOE, la IGP Miel de Asturias sigue su recorrido ordinario en Europa. Se encuentra en el plazo de presentación de alegaciones, que es de dos meses. Si existe alguna, la certificación se retrasaría. Aun así, «la maquinaria está puesta en marcha y el objetivo es conseguir la IGP este 2021», sentencia el vicepresidente de Promiel, que añade que la intención del sector y del Gobierno asturiano es lograr esta certificación antes de que acabe el año. El pliego recoge aspectos como los tipos de mieles, un registro de explotaciones e instalaciones para la extracción y envasado, así como indicaciones de cómo han de ser esos procesos y el etiquetado.
La IGP está abierta a todo tipo de productores. El vicepresidente de Promiel, que además es productor y socio de La Boalesa, confía en que, poco a poco, se vayan sumando explotaciones. Con este sello «se va a garantizar la calidad y el origen de la miel y también va a ser un plus económico para la apicultura asturiana. Será también una herramienta importante como órgano de control y va a tener la labor de velar por que toda la miel sea producida y envasada en Asturias».
Miel de Asturias ya está dentro de la marca de calidad del Principado Alimentos del Paraíso y, en el caso de sumar la etiqueta de Indicación Geográfica Protegida, logrará más «visibilidad, la posibilidad de asistir a eventos y tener más apoyo para la promoción», sostiene Fernández.
Principales peligros
La Vespa velutina o avispa asiática es uno de los mayores problemas que tienen desde hace tiempo los apicultores. De momento, el trampeo sirve para minimizar los daños, aunque profesionales y aficionados aseguran que no es la solución. No sólo la avispa asiática está causando innumerables daños en las colmenas. También está la Varroa, un ácaro que ataca las abejas, aunque hay una diferencia con respecto a la velutina: se puede solucionar con un tratamiento, al contrario de lo que ocurre con el insecto.
Pandemia
El sector apícola no ha sido ajeno a un 2020 marcado por la pandemia y la COVID-19. El año pasado, el virus provocó la suspensión de varios certámenes, entre ellos la Feria de la Miel de Boal, que tradicionalmente se celebra el primer fin de semana de noviembre. El evento suma 33 ediciones y la próxima, la de este año, también está en el aire. Julio Fernández, vicepresidente de Promiel Asturias y productor y socio de La Boalesa, asegura que «habrá que esperar la evolución de la pandemia, aunque no sé si se podrá celebrar».