Tras un año en blanco, la feriona de Corao volvió a lucir, aunque es cierto que adaptada al protocolo Covid que, entre otras cuestiones, solo estaba abierta para profesionales. De pocos tratos y a precios bajos. Así definieron los asistentes la tradicional feria que es una de las más importantes del calendario asturiano.
El límite establecido por el Ayuntamiento de Cangas de Onís fue de 1.500 personas y solo se podían poner a la venta 600 reses. Además, la organización dispuso un amplio dispositivo de seguridad.
Aunque no resultó de la mejores ferias por la escasa venta y los precios, los profesionales del sector mostraron su alegría por el regreso de las ferias al calendario ganadero asturiano, algo que a buen seguro ayudará a la reactivación del sector. Además, es la mejor manera para no perder la tradición.